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Por: Jazmín Ramírez García
En tiempos que marchan con tanta incertidumbre, miedo, preocupaciones, noticias tristes, peligros y cosas negativas que invaden nuestras vidas diarias, creo que las alegrías se reciben con mayor entusiasmo, con más ilusión que nunca, con más ganas y con el corazón más dispuesto a disfrutar de cada segundo.
Cuando se recibe la noticia de ser mamá quieres que el mundo se detenga, quieres disfrutar al máximo esa etapa, quieres gritarlo a los cuatro vientos, quieres que nada malo le pase a ese bebé; pero entonces, llega el día del parto y vamos con miedo, inseguridad, los sentimientos a flor de piel, sobre todo, si somos mamás primerizas.
Entonces sucede que muchas nos topamos con una violencia obstétrica que nadie nunca nos contó y es que el forzar al cuerpo a dar a luz, el intervenir quirúrgicamente sin ser necesario, todo eso es violencia y ya nuestro bebé comienza a sufrir.
Sandra de la Cruz, licenciada en puericultura, educación perinatal, certificación de doula, educadora en lactancia, partería y porteo, comenta:
“El nacimiento de un bebé es algo maravilloso, que te cambia la perspectiva de la vida cuando se respeta el proceso del bebé y la mamá”.
Sandra tiene 7 años dedicándose a asistir partos, ayudar a las mamás y papás a tener información sobre su bebé, el cuerpo de la mamá, masajes, toda la parte emocional de mamá y papá.
Como partera ella atiende en casa y va respetando todos los tiempos y posiciones que las mamás y papás desean tener para el nacimiento de su bebé. Como doula da un acompañamiento dentro del hospital, toda la parte emocional y sentimental.
“Cuando estudié puericultura hice prácticas en un hospital y conocí la violencia obstétrica y desde ahí quise cambiar la manera de nacer, que, en vez de tener un día violento, tuvieran un día maravilloso las mamás” comenta Sandra.
Señala que ha atendido 80 partos como doula y 55 como partera aproximadamente, pero sobre todo muchas experiencias y anécdotas con los papás, mamás y sus bebés, pero sin duda alguna el ver la cara llena de felicidad y el ver el nacimiento del bebé llegando a la vida, seguro, sano y bien, es lo más increíble de la vida.
Ojalá que más mamás y papás puedan disfrutar de un parto humanizado, lleno de amor, salud, bienestar y felicidad.
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