Imagen: Darij Zadnikar en Flickr
Por Marite Hernández Correa
“Para escuchar y saber de ustedes, para aprender de ustedes, para eso venimos”
Escuadrón 421
Quiero en esta contribución, tocar un tema que he querido plasmar desde el 2021, cuando se anunció por el EZLN el viaje de una comitiva a Europa. Los racismos y las discriminaciones siguen vivos en nuestro México contemporáneo, las violaciones a los territorios y comunidades de los pueblos indígenas, así como a los bienes colectivos que subyacen en sus lugares, la naturaleza, la flora, la fauna, agua, minerales.
Los autoritarismos, las violencias hacia las mujeres y las niñas, así como la pobreza y las desigualdades persistentes.
El antecedente de 1994 con el levantamiento zapatista de liberación nacional, tiene su importancia en la lucha por hacernos ver y entender el ¡Ya basta¡, esa consigna que nos sacudió la conciencia, y se atrevió a cuestionar el staus quo, del supuesto, Mexico, país primermundista, ya instalados en el desarrollo y en el progreso con la firma del Tratado de Libre Comercio.
La irrupción zapatista nos restregó en la cara la sociedad violenta, discriminatoria, injusta y patriarcal de la que somos parte.
Las y los Zapatista vinieron a refrescar la política de rapiña que había normalizado la estructura partidaria denominada PRI. Sistema político contra el cual, en distintos momentos del siglo pasado, organizaciones sociales, grupos guerrilleros, feministas, obreros, campesinos, intelectuales, habían venido luchando.
El EZLN representa para algunas generaciones la esperanza de construir un mundo de igualdad y justicia, representa narrativas distintas al capitalismo voraz y deshumanizado, representa el sueño de reconstruir nuestro tejido social, de hilvanar y tejer fino en pro de los grupos explotados y olvidados.
No es un discurso sin razón, es acción, es confrontación a un sistema que ha excluido, violentado por siglos a los pueblos y comunidades indígenas. El EZLN forma parte de nuestros aprendizajes y rebeldías con razón justificada, forma parte de nuestros sueños de liberación femenina, de nuestra conciencia de saber que Otro mundo es posible.
Donde el desprecio ni la ignominia del poderoso se adueñe de nuestro ser, como si la vida no importase, como la vida nulla. El EZLN nos vino a exponer el panorama de una sociedad injusta con él y las más débiles, explotadora de la mano de obra, patriarcal en sus cimientos, con un reparto de la riqueza material, espiritual, intelectual injustas.
Por eso resultó y resulta sumamente alentador el viaje del EZLN en Europa, pues representó un mensaje no sólo simbólico, sino de hechos concretos de difundir la persistencia de la resistencia zapatista, y que las condiciones de raíz en México poco han cambiando para los menos favorecidos, con una postura radical frente a la crisis civilizatoria, donde el EZLN representa alternativas concretas frente al capitalismo.
Se trata de un movimiento global, pues pone en el centro los grandes problemas que estamos atravesando como humanidad en el ámbito económico, político, en el género, en nuestra relación con la naturaleza, con la Otredad, justamente ese es el valor y la pertinencia del viaje a Europa, de conectarnos, interrelacionarnos como personas diferentes, rebasando la individualidad, ponernos a pensar realmente e interiorizar que nos están diciendo y poniendo en el centro de la discusión, más allá de fronteras, sexos, o colores de piel, es un grito de vida, de reconocernos como seres humanos dentro de un planeta que esta en peligro, y donde estamos obligados y obligadas a construir formas distintas de relacionarnos.
Así mismo, el valor de sus narrativas es tremendamente disruptor de nuestra comodidad y confort, es un señalamiento a las ideas de progreso y modernidad, la mercantilización de los bienes públicos y del propio individuo en una sociedad sumamente injusta, desigual y violenta con las personas, donde el 99 % y es que lleva la carga y unos cuantos disfrutan de la explotación de la mano de obra. El llamado es claro, es hacia una sociedad donde la comunalidad, lo colectivo sea un eje que brinde una luz distinta a los seres que habitamos este planeta.
El movimiento zapatista sigue siendo rebelde y cuestionador, de las buenas conciencias, que se acostumbraron a la explotación, a la hipocresía, a mercantilizar los derechos sociales. Su valor e importancias es que se trata de un movimiento que busca encontrar el equilibrio en una sociedad tremendamente desigual, ofendida y olvidada, cuestiona el modelo desarrollista, extractivista de las comunidades y sus recursos, se rechaza abiertamente la minería a cielo abierto, la contaminación de ríos y espacios comunes.
Es increíblemente válido y necesario hoy en día sus demandas y luchas, sus recuerdos y resistencia, no como un movimiento idealizado, sino como una plataforma verdadera, ante la destrucción y la barbarie.
El movimiento zapatista es genuinamente importante, pues cuando nos atrevemos a interiorizar sus razones, nos atraviesa, nos confronta, lo que nos está trasmitiendo podemos decir, es que el modelo económico en el que vivimos ya es insostenible, que el machismo mata, que el extractivismo, despoja, destruye, mata. Este movimiento cuestiona como ese orden que se ha implantado es tremendamente criminal, destructor de la naturaleza
El EZLN sigue siendo una alternativa sólida de un movimiento necesario en una sociedad ciega ante la ignominia. Sus voces son valiosas, pues son una alternativa más para seguir construyendo las utopías, acciones, esperanzas, amores.
Por tanto, como sabemos que las cosas no se solucionan de la noche a la mañana, debemos seguir luchando por un país justo y mucho más incluyente.
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