Por: Joce Benites
Todos hemos sentido la sensación paralizante que produce el miedo, pues es una emoción normal y natural en los seres humanos.
La psicología afirma que: el miedo es un mecanismo para adaptarnos al entorno y a sus peligros. Su función es la de protegernos ante situaciones de riesgo. Es decir, éste se activa cuando detecta una amenaza y hace que nos retiremos de esa situación.
Sin duda, la mayoría o totalidad de las personas experimentamos esa sensación de distintas maneras que pueden ir desde la forma vanidosa e irreal hasta la forma física y utilitaria, o sea que podemos sentir miedo al ridículo o a que se rían de nosotros o bien, miedo a la enfermedad, al dolor, a la muerte, perder empleo o no conseguirlo, en fin…lo cierto es que todas esas sensaciones provienen del miedo.
Por esa razón, es importante manejarlo, buscar ayuda y lo más importante evitar que paralice nuestras actividades y afecte a quienes conviven con nosotros en cualquier área.
Yéndonos del lado más humanista hay quienes afirman que el miedo produce angustia y ansiedad, al grado de paralizar y dominar la voluntad, el miedo es enemigo del amor y sólo el amor genuino es capaz de vencer al miedo tal, como ha escrito Miguel Angel Ruiz Macías en su libro “más allá del miedo”.
Explica que el amor es siempre amable en cambio el miedo es rudo y egoísta, con el miedo se llena el ser humano de obligaciones y expectativas; la pregunta sería ¿cómo podemos sentir bien, cuando el miedo nos hace sufrir tanto?
Y si observamos hay personas que se les ve todo el tiempo enfadadas, cansadas, tristes, celosas y hasta traicionadas, sentimientos que como literalmente se dice están cubiertas con una máscara, pero con todas esas emociones que provienen del miedo y que quizá causan tanto sufrimiento llevan a fingir únicamente amabilidad.
Pero sí de emociones estamos tratando, me permito decir que la actitud juega un papel importante, porque incluso en los mismos centros de trabajo se plantea e invita a los empleados a manejar una buena actitud para un mejor desempeño, esto debe ser aplicable también a la vida cotidiana, pues no debemos perder de vista los cuatro acuerdos que propone Ruiz Macías y que son:
1. Sé impecable con tus palabras.
2. No tomes nada personalmente.
3. No hagas suposiciones.
4. Haz siempre tu máximo esfuerzo.
Amigo lector, le parecerán fuera de lugar algunos comentarios pero observe y dése cuenta de la magnitud de una buena actitud ante cualquier situación.
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