Por: Regina Arellano
A través de una iniciativa presentada por el diputado José Antonio Lorca Valle este jueves ante el Pleno del Congreso del Estado, se busca establecer convenios con instituciones educativas estatales y federales para implementar programas educativos en beneficio de las personas privadas de su libertad en San Luis Potosí, a través de la Dirección General de Prevención y Reinserción Social.
Toda vez que, pese a que en el Reglamento de los Centros Penitenciarios Estatales de San Luis Potosí puede encontrarse contenido en materia de educación, existe una carencia de disposiciones en el nivel estatal para el proceso de readaptación social, por lo que se destaca la necesidad de adicionar y reforzar el contenido de tal reglamento.
En la exposición de motivos, se señaló que el principal objetivo es garantizar la participación social una vez que las personas privadas de la libertad salgan de la cárcel.
Además, se señaló que los y las internas ocuparían su tiempo provechosamente, mejoraría su calidad de vida en la cárcel y obtendrían un conocimiento que perduraría más allá de su estadía en prisión.
Como referente se tiene al programa de educación para la reinserción social de la Ciudad de México implementado en 2004, el cual tuvo convenios con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y otras instituciones.
De esta manera, muchos de los estudiantes que obtuvieron su libertad gestionaron su ingreso a universidades para continuar sus estudios.
Además, se mencionó que la educación al interior de los centros de reinserción social contribuye a la disminución de reincidencias de conductas delictivas.
En ese contexto, cabe mencionar que en el cierre de jornadas del XX Aniversario del Instituto de las Mujeres del Estado de San Luis Potosí (IMES), se llevó a cabo un conversatorio donde mujeres que estuvieron privadas de su libertad compartieron sus testimonios en cuanto al derecho a la educación y que no es cumplido en el Centro de Reinserción Social (Cereso) La Pila.
Mencionaron que si bien en alguna administración se les llevó talleres en cuanto a expresión corporal, música, teatro o justicia restaurativa, carecían de una educación formal.
“Educación en sí, no; solo eran cursos que nos llevaban. Te pueden decir: eh, te vamos a anotar para el examen de, digamos, secundaria. Pero pues, nunca ves el examen. Y si ves el examen, nunca ves el certificado. O sea, no hay algo sólido”, señaló una de las ponentes.
Además, señalaron las diferencias que había en la educación entre hombres y mujeres. Mientras que los hombres tenían acceso a libros y a la posibilidad de seguir con sus estudios, a las mujeres se les negaban este tipo de derechos.
“Y sí conozco casos de chicos que han terminado su carrera a distancia en el Penal del Estado. Para los hombres sí, para las mujeres no”.
Mientras que para las mujeres sólo hay novelas de amor disponibles, los hombres cuentan con toda una biblioteca con diversidad de temas, denunciaron.
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