AP Photo/Lewis Joly, File
Por: Nallely González.
Terminó 2024 y el recuento de los últimos meses del año trae consigo un contraste doloroso para las mujeres de San Luis Potosí; mientras algunas familias celebraron, otras viven la sombra de la violencia, el duelo y la impunidad.
Este fin de año no fue diferente; pues el posible retiro de la Alerta de Violencia de Género (AVG) en dos municipios más en San Luis Potosí nos deja claro que la violencia sigue siendo una constante; sin embargo, el mundo también nos dice con el caso de Giselle Pelicot que la vergüenza ya también cambió de bando.
La AVG: ¿avance real o simulación política?
La Alerta de Violencia de Género fue declarada en seis municipios de San Luis Potosí en 2017 como una medida urgente para combatir la violencia feminicida; desde entonces, algunos indicadores muestran avances: refugios, programas de prevención y políticas públicas que buscan atender las causas estructurales de la violencia; sin embargo, ¿qué tan significativos han sido estos cambios en la vida cotidiana de las mujeres?.
Tan solo en el primer semestre de este año, se registraron más de 3,500 reportes de violencia familiar y cerca de 130 denuncias por violación en el estado; a pesar de ello, el secretario de educación de SLP declaró que "San Luis Potosí avanza en el combate a la violencia de género" y sugirió que la AVG podría retirarse en dos municipios, además de cuestionar la veracidad de las denuncias por violencia de género dentro del magisterio.
¿Avance real o simulación política?
La retirada de la AVG plantea un riesgo: desmantelar una herramienta que, aunque imperfecta, es fundamental para visibilizar la violencia y exigir acción, ya que como bien señaló Rita Segato en su reciente visita a San Luis Potosí, “la violencia contra las mujeres no se resuelve con medidas punitivas aisladas, sino con un cambio profundo en las estructuras sociales y políticas”; la reflexión de Segato invita a cuestionar si el Estado potosino está realmente construyendo ese cambio o si simplemente maquilla las cifras para cumplir con requisitos administrativos.
Gisèle Pelicot: una voz que incomoda al sistema
El caso de Gisèle Pelicot no solo ha sacudido al mundo como un poderoso llamado contra la violencia sexual y la revictimización; Gisèle, una mujer que enfrentó con valentía a su agresor y al sistema judicial, que históricamente desestima las denuncias de violencia sexual.
Su lucha ha inspirado a miles; Gisèle se ha convertido en un símbolo de resistencia y en un recordatorio de que la justicia, cuando llega, lo hace a un costo altísimo para las víctimas. Como destacó France24, ella representa no solo la lucha contra la violencia sexual, sino también contra un sistema que ignora las voces de las mujeres.
Gisèle, de 72 años, se ha transformado en un emblema de resistencia, gracias a la valentía con la que enfrentó todo el proceso judicial; día tras día asistió a las audiencias, inicialmente resguardada tras unos lentes de sol que, con el tiempo, decidió dejar de usar, dejando claro que no tenía motivos para sentirse avergonzada.
La deuda pendiente
Nuestro estado perrito, al igual que el resto del país, sigue estando en deuda con las mujeres. Retirar la AVG sin garantizar un cambio estructural, minimizar la gravedad de las denuncias y continuar reproduciendo narrativas que invisibilizan la violencia, no solo perpetúa la impunidad, sino que normaliza un sistema que no nos protege.
En lugar de avances simbólicos, necesitamos políticas públicas sólidas, presupuesto adecuado y voluntad política para transformar verdaderamente la vida de las mujeres; la visita de Rita Segato nos recordó que la lucha feminista no solo exige justicia, sino una transformación de fondo en las relaciones de poder.
Esta cuarto no tiene un final optimista, porque la realidad no lo permite; pero sí tiene un llamado: a las autoridades, para que asuman su responsabilidad con seriedad; a las mujeres, para que sigamos tejiendo redes de resistencia; a la sociedad, para que deje de mirar hacia otro lado y a todas las mujeres para que nos quitemos las gafas de esa vergüenza que nos limita e invisibiliza.
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