Por: Joce Benites
Lucecitas de colores, flores de noche buena, olor a ponche y tamales, indican que las fiestas navideñas han comenzado.
El mes de Diciembre no solo marca las fiestas de fin de año, como la Navidad, y las reuniones familiares, también es un mes que se caracteriza por el flujo de circulante y la excesiva mercadotecnia. Hay mucha fiesta y es el mes más esperado y disfrutable para muchos.
“Las tradicionales posadas navideñas caen en diciembre y son una costumbre que está instaurada en México desde siglos atrás, convirtiéndose en una de las festividades más representativas de la nación.
Estas fiestas, suelen juntar a los conocidos, amigos y familiares, por lo que son esperadas con mucha alegría, por niños, jóvenes, adultos y los más mayores. Incluso, su popularidad ha traspasado fronteras, expandiéndose, principalmente, hacia otras zonas de Centroamérica.
Las posadas navideñas aparecen con la llegada de los españoles a México, durante la época de la conquista, en el siglo XVI.” Esto lo menciona el antropólogo Fernando Híjar para National Geographic.
Las posadas inician, exactamente, nueve días antes de que llegue la Navidad, es decir, empiezan cada 16 de diciembre. La duración de esta celebración es de nueve días de fiesta. (1)
Las posadas han cambiado con el tiempo, pero siempre se han caracterizado por el color, y la comida tradicional, ya no se celebran con la misma emoción y devoción de antes, según algunas personas de la tercera edad, pero en esencia hay convivencia y alegría entre las personas.
Es demasiada la historia de esta celebración, pero, lo primordial es como reiteradamente se ha mencionado, es decir, rescatar las tradiciones y sobre todo revivir la finalidad de las mismas, pues es disfrutable para cualquiera estas fiestas pero sí hay quejas y malestares entre la ciudadanía y en general la sociedad entera. Es justo la tan mencionada esencia de estas celebraciones las que debieran permanecer a lo largo del año, es decir, patrones, directores de escuela, gobiernos, padres de familia y ciudadanos que somos, tenemos que abonar al funcionamiento de la sociedad.
La mercadotecnia nos ha vendido la idea de los regalos. Y acciones de algunos poderosos son solo como las lucecitas de colores, o sea, sólo de ambientación y de adorno, hay “mucho pan y circo” y desde luego “ a la gorra ni quien le corra”, mientras que los problemas sociales, laborales, escolares, familiares, en fin, siguen latentes.
Por ello rompamos muchas piñatas durante estas posadas y hagámoslo con el entusiasmo, fuerza y emoción con que daríamos soluciones a todo lo que nos aqueja y afecta.
(1) depor.com
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