Por: Leticia Vaca
Juan Viladrosa, artista potosino detrás de la exposición “La procesión de los niños y las niñas”, ha dedicado cuatro años a la elaboración de seis figuras por semana para poder tener la colección que se exhibe en el lobby del Teatro de la Paz.
Cientos de figuras playmobil, también conocidas como legos, representan algunas de las cofradías que conforman la Procesión del Silencio, una emblemática tradición que se realiza el Viernes Santo en la capital potosina para conmemorar la Pasión de Cristo.
Esta celebración fue cancelada durante la pandemia por Covid-19, por lo que la colección de Juan, a través de un vídeo, fue una pieza importante para que la sociedad viviera de manera virtual la Procesión del Silencio.
“Un año antes de la pandemia hicimos nada más la Virgen de la Soledad y teníamos planeado poner una exposición de la Procesión del Silencio, cuatro o cinco cofradías. En ese tiempo exhibimos la procesión del Silencio y como estaba todo cerrado, hicimos un primer vídeo”.
Al siguiente año, explicó, ya había elaborado las piezas de nueve cofradías y se hizo la versión que se exhibe en el vídeo que acompaña la exposición. Ambos vídeos fueron transmitidos el Viernes Santo a la hora en que se debería llevar a cabo la Procesión del Silencio.
“Uno de los vídeos tenía como un millón de reproducciones, una cosa así, era la única Procesión del Silencio que se pasaba en el mundo, aunque fuera chiquita” compartió.
El año pasado recibió una invitación para exponer en el Museo del Virreinato, a la cual se agregaron más piezas y este año se sumaron tres cofradías más.
“Se ha ido agregando y cada año va a ser más grande, es una bola de nieve”.
Juan explicó que son figuras playmobil, genéricas completamente, que han sido modificadas con pintura, peinados, túnicas, mantillas, los trajes de los cofrades, de los costaleros, etc.; todo hecho a mano.
Para la elaboración de las piezas, el artista potosino ha trabajado en solitario durante cuatro años, es una colección particular que como otras con las que cuenta, desconoce su valor económico.
“Es amor al arte, no tiene un valor. De por si la figura en el caso de palymobil no hay piratas; sí salen caras porque son alemanas, más la modificación, no tengo idea de cuánto valga. En la casa tengo cinco impresoras 3D trabajando para las exposiciones, y cada impresora ha costado, entonces todo se va acumulando”.
Juan considera que usar figuras pequeñas pueden resultar más llamativas para las niñas y los niños porque se tiene la idea de que los museos son para adultos, excepto los que tienen temáticas para infancias.
“Es playmobil, pero les dicen legos y los aproxima, y más porque es a escala”.
Una vez que concluya la exposición, la cual permanecerá hasta el 9 de abril, las piezas serán guardadas en cajas hasta el próximo año, a la espera de ser desempolvadas.
“Una sopleteada y ya quedó. Yo creo que el año que entra se podrá exhibir una versión más larga”.
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