"Cronopios, cronopios": una frase que le identifica entre las y los exalumnos
Por: Jazmín Ramírez García
Cada 15 de mayo tenemos la oportunidad de festejar y valorar a quienes dedican su vida a la educación de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y personas adultas.
Esta celebración es para reconocer el papel fundamental que juegan los y las docentes en la sociedad.
En esta ocasión tuvimos la oportunidad de entrevistar al profesor, José Luis Pozos Tenorio, quien es un maestro ícono en la Escuela Secundaria Técnica Num. 1 (ETI), quien cumplió 46 años de servicio frente a grupo en esta institución; esta semana fue su último día de trabajo por motivo de jubilación.
"Cronopios, cronopios", palabras con las que todos los alumnos y alumnas de este maestro estamos familiarizados y que cuando las escuchamos no dejamos de pensar en este ser especial, que dejó huellas en la vida de muchos estudiantes, porque sí, todos tenemos maestros y maestras favoritas en la vida, con los que nos identificamos mucho, a los que homenajeamos y agradecemos todo lo que nos enseñaron.
“Mi nombre depende mucho del sitio donde me encuentre: Pepe en mi casa y con mi familia; caminando por la calle escucho los gritos de Pozos, en la Escuela soy profe y para los más osados Pozos; soy José Luis Pozos Tenorio. Soy egresado de la Escuela Normal Superior de México en la especialidad de Lengua y Literatura Española” Nos comenta el profesor Pozos.
Aunque impartió clases en algunas otras escuelas, en la que pasó la mayor parte del tiempo fue en la ETI, viendo como pasaba generación tras generación de alumnos y alumnas cómo cada una de ellas es muy diferente a la otra, pero su constancia y motivación para con la educación siempre ha estado presente.
“Un verdadero reto para mí fue cuando después de varios años de profe, un examen podía dictaminar que yo no era apto para la docencia, así que me esforcé en hacer un buen trabajo, pero cuando uno de mis hijos lo leyó, me dijo: “Este no eres tú; olvídate de ser complaciente y sé tú mismo”. Lo hice y todo salió muy bien, no salí destacado, pero aprobé. comenta el profesor Pozos.
También comentó respecto a las satisfacciones que como maestro se tienen en la docencia y son muchas:
“Lograr que varios de mis compañeros se contagien de la mucha pasión que se necesita para seguir trabajando por la educación para mejorar un poquito este mundo en que nos ha tocado vivir; los encuentros fortuitos con la sonrisa de exalumnos cuando menos lo esperaba, etc.”
Ser maestro o maestra es una tarea diaria, y de todo momento, aparentemente solo se trabaja mientras se está en la escuela, pero las y los maestros trabajan todo el día; en casa está pensando que clase va a dar al otro día: planean, dosifican y sobre todo tiene en la mente sus alumnos y alumnas. En muchas ocasiones les toca ser amiga o amigo, consejero o consejera, hermano mayor o hasta conciencia.
En múltiples ocasiones se lleva uno anécdotas que perduran para siempre en la mente y corazón de los docentes.
“¿Anécdota?, la discusión entre el ahora licenciado en derecho, Pablo Jesús Millán, chivista y yo Pozos, que soy un americanista, por si era gol o no. “Ese no era gol”, dijo y yo le respondí, “cállate, Pablito, tu no lo viste” “pero lo escuché” me dijo. Y tarde recordé que este alumno era invidente”.
“He decidido retirarme este año porque me siento como un animal en peligro de extinción por mi manera de ser, por lo difícil que es tratar de ser cronopio, cronopio en estos tiempos, por emprender nuevos retos y por convivir más tiempos con mi familia”, comenta el profesor.
Después de 47 años de servicio existe un ultimodía, una última vez, un último pase de lista, pero jamás se deja de ser maestro o maestra.
“¿Qué viene ahora? Abrir las puertas hacia una nueva aventura y entregarme a ella con la misma pasión locura como hasta ahora” comenta el maestro a quien le deseamos la mayor de las suertes y éxitos en todo lo que está por venir.
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