Por: Georgina Bello Robledo.
La revolución digital es una de las etapas más difíciles a las que se ha tenido que presentar el mundo en la actualidad, Contra el rebaño digital es una de las publicaciones contemporáneas que más ruido han causado desde su aparición; escrito por Jaron Lanier de 59 años, artista gráfico, escritor, ingeniero informático y compositor de música clásica estadounidense, el debate más importante que toca en su ensayo es: la obsesión que ha creado el ser humano por la tecnología y, en concreto, por internet.
Jaron abre el hilo cuestionándose ¿Qué es una persona? y reflexiona sobre como el más mínimo cambio, incluso algo que pudiera parecernos trivial, puede alterar por completo las pautas del comportamiento.
Así que, ¿de qué forma nos cambiaron las redes? ¿el internet?
Lanier, es considerado uno de los expertos más estimulantes y visionarios del siglo XXI, ya que se adentró a la realidad virtual y el desarrollo de tecnologías en red bastante legendarias, así como sus artículos, que atacan muchas de las cuestiones que el mundo de la nueva era dentro de la tecnología considera sagradas. Y hace una advertencia sobre como esta revolución digital puede tener repercusiones en nuestra sociedad.
En sus palabras, corremos el riesgo de que las decisiones que toman de los ingenieros informáticos terminen por determinar el comportamiento de los usuarios, es decir, nosotros, y quedemos atrapados en el proceso que él llama anclaje.
Para él, el anclaje elimina opciones basadas en política, moda o simple casualidad, reduciendo o limitando las ideas. Lo que lleva al ejemplo de MIDI, un sistema de patrones digitales para representar las notas musicales inventado en los años ochenta por Dave Smith, y que vino a cambiar el mundo de la música.
En este caso, Jaron se cuestiona los desafíos como creativo al desarrollar nuevas obras a partir de este sistema, y se pregunta ¿cómo puede crear cosas realmente auténticas y que no sean una imitación, si todo el tiempo está rodeado de la misma tecnología que comparten otros músicos, e interactúa con estos mismos, y de alguna forma está siendo influido por ellos?
¿Simplemente se tiene que sucumbir a este colectivo?
Lo que la sociedad ha considerado algo entretenido para algunos, hoy en día se ha convertido en una cultura poco moldeable: el diseñar de un modo u otro una tecnología que, al poco, pasará a las globales y acogedoras manos de la sociedad, moldea la cultura. Cuando se implanta, se produce el anclaje y queda fijado un modus operandi capaz, con el tiempo, de configurar la sociedad.
Algo importante que recordar es como en un principio el internet era solo un privilegio para muy pocos, y del otro lado de la moneda, se encontraban personas a las que realmente asustaba ese avance tecnológico. Y es que la herramienta llamada Internet se ha convertido en un arma de dos filos, ya que hoy en día nos estamos enfrentando a una generación de personas realmente inútiles, misma que se ha fomentado gracias a esta misma tecnología, ya que no es necesario ni siquiera pensar; con el paso del tiempo se ha deformado el verdadero objetivo de la tecnología que era una herramienta de apoyo y no una sustitución de la raza humana.
La evolución digital viaja a misma de la velocidad de la luz, por lo que es muy difícil de predecir cuál será el próximo movimiento de la tecnología en esta partida de ajedrez, ya que nos encontramos en un punto bastante crítico, pues nos situamos a un jaque de que la raza humana sea remplazada por la tecnología.
Al final, las dudas que quedan en el aire son las mismas de siempre: ¿es tarde para cambiar el rumbo? ¿Quién lleva el timón de Internet?
En su opinión, Lanier habla de la reinvención que se debe hacer a Internet y sus aplicaciones, pensando antes en el individuo que en las máquinas.
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